El proceso para la realización de una reducción de senos consta de una serie de pasos a cumplir, los cuales son necesarios para que todo el procedimiento sea exitoso.
En primer lugar, el cirujano hace una evaluación completa, donde determina la forma y el tamaño de los pechos, así como también la firmeza de la piel, además del estado de salud de la paciente. Dependiendo de cada caso, se puede llegar a realizar una exploración de mamas y un estudio mamográfico.
La mamoplastia de reducción suele tener un ingreso de entre 24 y 72 horas aproximadamente, siempre dependiendo de cada caso y diagnóstico. Para este procedimiento es necesario colocar anestesia general, para que la paciente permanezca dormida en todo momento durante la operación. Es un proceso que demora entre 2 y 4 horas aproximadamente.
La técnica empleada para poder reducir el tamaño de los senos puede variar dependiendo de cada paciente, generalmente se hace una cirugía mediante incisiones, aunque también se puede practicar una liposucción para remover el exceso de grasa acumulado en los pechos.
Es común que el cirujano realice una incisión alrededor de la areola y debajo del seno. Luego, procede a remover el exceso de grasa, de tejido y de piel que pueda tener el pecho para lograr disminuir su tamaño. Finalmente, se le da forma al seno y se reposiciona tanto la areola como el pezón para que tenga un aspecto natural.